Provoca repugnancia la
dramaturgia de los Poderes Operativos que pululan alrededor del Presidente
Fernández. Han montado un fortín, un
zafarrancho preventivo contra unas supuestas o reales persecuciones en contra
de su líder.
Van y vienen los homenajes
de despedida. Tira el Presidente las
cajas al despedirse, en el Palacio Nacional del Comité Político y, ahora, tiran
los cajones el Comité Político y el Comité Central con otro homenaje despedida
en la Casa Nacional de la Casa de Gobierno.
Sorprenden a muchos estos
lances, vagan los politólogos, fallan los periodistas y naufragan los
analistas, ya que se afanan en buscar evidencias y pruebas en el pasado
trujillista en lugar de investigar en la estrategia del presente.
Pierden de vista que, en
este momento y espacio político, se busca hacer creer que estos grupos detentan
un poder político y social mayor del cual ellos hacen alarde.
Parten, para esto, del
presupuesto y la urgencia política de reducir la legitimidad del potencial
gobierno del Licenciado Medina a la categoría de una presidencia fáctica, y
objetivan la legitimidad de ese gobierno en el vigor y el carisma político del
Presidente Fernández.
Persiguen limitar las
funciones de poder que ejercerá Danilo Medina en estos recursos de opinión
pública, muestra de ello es el estribillo y la consigna: “Margarita es lo mejor de Leonel”. Buscan una solución fantástica
con este doble sentido de la autenticidad del triunfo del Presidente electo.
Están contestes de que todo
poder político se divide en dos: En lo fáctico y en lo legítimo, aunque,
también necesitan que sus hipótesis se conviertan en esa disyuntiva deseada que
contenga las aspiraciones dominantes del Presidente electo sobre los poderes
constituyentes y los poderes de Estado.
Necesitaría, el Licenciado Medina, según su estrategia, una relación
directa o dependiente del lazo moral del Presidente Fernández.
Presenciamos, tal vez, sin
darnos cuenta, una disputada lucha de poderes y de posibilidades, por las
legitimaciones de estos dos lideratos, en la cual el sentimiento del deber o de
la obligación democrática impondrá la diferencia. ¿Qué sería de nosotros si
cuando niños nos hubieran dejado hacer lo que nos viniera en ganas? Correr de
placer en placer tras los frutos prohibidos.
Quieren forzar la disyuntiva
presupuestada a partir del 16 de Agosto: ¿A quien obedecer? ¿Por qué obedecer?
Olvidan que estas nunca serán opciones, sino obligaciones generales de todos,
ya que, con razón o sin razón Danilo Medina ha ganado el derecho de mandar y
todos los demás, con razón o sin razón, estaremos obligados a obedecer crítica
o acríticamente.
Santo Domingo, D. N.
10 de Agosto, 2012.-
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