Sigue siendo el premio eso
que induce al individuo a repetir una acción.
En esto reside el poder del dinero en el éxito político, en la capacidad
de premiar. Sobran los ejemplos en los
guerreros antiguos: Julio César, Napoleón, Atila, Alejandro, Ciro y Khan, por
citar algunos ejemplos.
Premiaba el Papa Urbano II
al cristiano que mataba un hereje, ya que este lo hacia con las entrañas
atravesada por el gran amor que sentía por la Santa Madre Iglesia, según su
epístola CXXII.
Disponen los banqueros de
esa misma capacidad para gratificar, y así consiguen el éxito político y
financiero, con el cual modifican las leyes, los códigos y las resoluciones o
reglamentos, a fin de eliminar los límites en la aplicación de los intereses,
de los cobros de moras y de comisiones indebidas, en las transacciones con
tarjetas de créditos y en la extensión de los créditos a sus clientes.
Usan esa facultad de premiar
las mineras y las multinacionales extractivas, para prevalerse de victorias
económicas y políticas que les permiten cambiar las clausulas de los contratos
originales, violar los códigos éticos de sus países de origen y las
resoluciones, tanto las de la Dirección de Minería como las del Ministerio de
Medio Ambiente. Tomemos como muestras
trágicas: La de la Barrick Gold y la de las empresas que explotan las canteras
húmedas, en los ríos y arroyos del país.
Creó, Napoleón Bonaparte, la
Legión de Honor, porque las recompensas eran grandes movilizadoras de
deseos. Barrick Gold se une a New Link,
otorga premios y recompensas, y consigue reducir en cerca de un 50% las
contribuciones al fisco que establecía el contrato con Placer Dome. Mientras que las productoras de agregados
húmedos producen millones y millones de metros cúbicos, sin pagar los impuestos
correspondientes.
Usan los galardones las
fundaciones universitarias para otorgar premios Honoris Causa, pero los reyes
otorgan premios en condecoraciones, títulos nobiliarios y distinciones al
mérito, para gratificar a Jefes de Estados, Ministros, Senadores y a
Emprendedores o Investigadores, cuando estos sirven a las causas estratégicas
de sus socios y empresas fiduciarias.
Sirve la competencia de
premiar que tienen los comercializadores de los líquidos del petróleo y del gas
natural, en las conquistas económicas y políticas de sus metas, ya que les
concede la dignidad de unos derechos a la especulación y establecer monopolios,
con la densidad, con la temperatura y con la mezcla: Propano-Butano, en el caso
del gas licuado de petróleo, y un monopolio obsceno, en el gas natural. Sirven
estos escombros de la Ley de Hidrocarburos y Combustibles Fósiles, para
esconder los más de RD$56,000 millones de pesos adicionales que,
irregularmente, han acumulado estos señores.
Deciden quienes disponen de
estos aforos para premiar las orientaciones de las creencias de los deseos y de
los sentimientos de la población. Ellos
tienen control y dominio de la opinión.
Premian y castigan. Se sienten sin obligaciones y ni deberes frente a
las leyes del estado social de derecho.
Determina esta habilidad
para compensar la baja que, en los listones de calidad en los embutidos
concediera la Comisión de la Dirección General de Normas y Sistemas de Calidad,
para que los productores de salami redujeran los niveles de proteínas y
elevaran los grados de humedad en los salamis.
Regresamos con este episodio a la conferencia de Valladolid, en 1550, en
la cual se discutía si los indios eran personas. Aquí se ha confundido el derecho de conquista
con el derecho de propiedad de la empresa privada. ¡Que omnipotente es el poder de premiar!
Narramos todas estas
victorias consecutivas del premio, una historia de grandes recompensas y
gratificaciones, con las cuales los partidos políticos, las organizaciones
civiles y las instituciones constituyentes se han hecho inútiles, aunque
dirigidas por cúpulas de mercenarios que, ganan adhesiones en base a su
capacidad de premiar con el botín estatal alcanzado.
Santo Domingo, D. N.
27 de Agosto, 2012.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario