lunes, 3 de septiembre de 2012

PACTO FISCAL, AUNQUE DIALOGUEN MARIONETAS (POR FERNANDO SIBILIO)

Cunde en la nación un sentimiento perezoso sobre la economía, ahora que dialogaremos las mismas causas y las mismas razones, de las nueve movidas de impuestos y aranceles aplicadas desde el año 2000.

Dialogarán, sin razonar, sobre el mismo guión y el mismo drama fiscal, con nuevas caricaturas este viejo reparto.  Usarán el mismo escenario y el mismo moderador, como siempre, sin la reciprocidad de quienes han de pagar los vicios, los impuestos, los aranceles y los ajustes fiscales, en los precios de los bienes y servicios.

Pagaremos más, sin un plan fiscal cuyas metas estén consensuadas, sin medidas de contingencias para afrontar los riesgos y las flexibilidades sociales y sin una hipótesis económica, industrial y comercial sobre el calado y alcance de este estremecimiento económico.

Legislará el Congreso nuevas cargas mientras excusa a las mineras de pagar impuestos justos, al mismo tiempo, exime a las empresas portuarias, a las aeroportuarias y a las eléctricas, por pagar impuestos sobre sus jugadas y apuestas accionarias, y cuando permanecen en la oscuridad los impuestos y aranceles del comercio con Haití.

Dirán que cumpliremos las pautas de la Estrategia Nacional de Desarrollo, sin cerrar las grietas por las cuales se cuelan las estafas fiscales del defectuoso esquema de financiación estatal, que permite la oscuridad de nuestras deudas con Venezuela y Brasil, los déficit estructurales de cada año, el doble déficit del Banco Central, el lujurioso inventario de deudas y de concesiones defectuosas.

Cambiaba, Rossini, la opera por la repostería, y Rimbaud la poesía por le tráfico de armas, asqueados, ambos, por la política. Tal vez el mismo asco sentimos hoy por esta convocatoria a “Pacto Fiscal”.
  
Están invitados al festín los títeres populares que caracterizan a los importadores, a los gaseros y mercaderes de combustibles, a los embutidores, a los usureros financieros, a los especuladores de la salud, a quienes encarecen los servicios educativos, a los generadores eléctricos y a los monopólicos servicios telefónicos.  ¿Qué pasará con las vidas del 54% que gana sueldos por debajo de los RD$10,000 pesos? ¿Cuál será el presente 56% con trabajos informales?.

Olvidarán, las marionetas, los más de RD$2,300 millones de millones de pesos, gastados en los últimos siete presupuestos, los más de US$6,400 millones de dólares derrochados en subsidio eléctrico, en los últimos seis años, sin que se conozca, ni se le preste a la nación una auditoría forense de este estropicio con los recursos públicos.

Defenderán los títeres las causas que les pauten sus saltimbanquis, sin reparar en los riesgos de esta estatización grosera de la economía, perderán de vista la incompetencia económica, monetaria y financiera, que supone el alto nivel de endeudamiento del estado con la banca, con los fondos de pensiones, con los generadores eléctricos y de los intereses de los papeles emitidos por el Banco Central.

Servirá este diálogo para el borrón de las cuentas viejas, que deberían aclarar, antes, los protagonistas de esta felonía democrática.  Los mismos que nos han convertido en exportadores de metales robados, en importadores de Café y Azúcar y en importadores, sin remedios, de ropa usada.

Quedará fuera del diálogo la pérdida de nuestras marcas nacionales, en las cervezas, los rones, los cigarrillos, con las ventas de las empresas emblemáticas, cuya desnacionalización agrega más de 3,000 despidos a la destrucción de 260,000 empleos, que se ha producido con esta aspiradora fiscal, en los últimos siete años.

Seguiremos pregonando los éxitos de una inversión extranjera que se guarda en cofre, que solo genera riquezas para exportar y producir agregados en sus países de origen.  Una plantilla de empresas mineras, telefónicas, de combustibles, eléctricas, portuarias y aeroportuarias, cuyos beneficios y utilidades sirven para crear empresas en otros países.


Volveremos a dialogar al margen de los intereses generales de la nación, iremos, de nuevo, al Gólgota impositivo, al lugar de las calaveras, donde toda esta depredación fiscal y ecológica quedará sin sanción.

Peregrinaremos en la casa de Anás y Caifá, con el objetivo de pactar las mismas conjuras y sinecuras: Matar a Jesús y quedarse con la sucesión, imputaremos a Judas y a Pilatos, para que nadie responda por su crimen.




Santo Domingo, D. N.


3 de Septiembre, 2012.- 

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