Juega el gobierno con dos
sentimientos: La vergüenza y la culpabilidad, dado el desastre fiscal,
financiero y monetario que desmedra sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
Siente vergüenza política,
porque lo han puesto a hacer el ridículo, y culpabilidad fiscal al ver que
pudiera perder el honor y la confianza internacional, por la omisión en la
comisión de acciones, con las cuales tiene poderosos compromisos.
Confesar la “Sofisticada”
situación económica recibida es la única salida, por encima de todos los
conceptos doctrinales de las escuelas económicas.  Es urgente que el gobierno salga del enredo y
de la maraña de mandatos contradictorios y del juego de órdenes y
contraórdenes, que se expresan en el escándalo de Fonper contra dos generadoras
y con la designación de los consejos las empresas eléctricas.
Sorprende que las
autoridades mantengan la misma perspectiva dialéctica en cuanto a sus
argumentos y fundamentos, en la pedagogía política de estas
conversaciones.  Dice, por ejemplo, el
Presidente del Senado, que sin impuestos será difícil atender la promesa del
4%, para la educación.
Desconocen que la presión en
este parto forzoso, proviene de su propio campo de fuerzas defectuosas.  Que les será difícil culpar a nadie, por la
díscola concertación y expansión de deuda externa, interna y flotante; por
todos los déficits de las cuentas nacionales, por los dos déficits del Banco
Central, por los desbalances comerciales con el exterior y por el descontrol
del déficit y el fuerte endeudamiento del sector eléctrico.
Piensen que este prestamista
solo le motiva el poder del “Logro propio”. Obtener las metas de sus infinitas
cláusulas y revisiones contractuales, sin que le interese la sumisión política
de los Estados, sino el dominio financiero que garantice el pago de las
acreencias.  Podemos constatar esta
realidad en las negociaciones con España, Grecia, Portugal, Irlanda del Norte,
por citar algunos ejemplos.
Suspendimos el Acuerdo
Stand-By, en Octubre de 2011, de la misma manera que lo hiciera el Presidente
Mejía, sin ninguna consecuencia política. 
Aunque el patriotismo y el nacionalismo económico, impidiese subir la
tarifa eléctrica, en Octubre de 2011, ahora llamamos al prestamista para
pignorar la soberanía, con amagos de supresión de entidades, con supresión de
viceministros y de suspensos administrativos.
Presume el equipo económico
de la fluidez y de la idolatría de sus datos económicos, sin reparar en que las
cifras informáticas son incapaces de diferenciar, entre las verdades de hecho y
las verdades de derecho.  Vivimos el
naufragio de las estadísticas, con la omisión del equipo económico, con el
informe del vicepresidente de la CDEEE, para justificar en el Congreso, la
emisión de US$500 millones de dólares, en bonos soberanos.
Revisar el esquema
monopólico y la estructura de costos de los generadores y operadores de
combustibles del sistema eléctrico, seria conveniente, ya que, si comprobamos
los precios de paridad, por ejemplo, del gas natural, descubriremos que en la
generación cuesta cinco veces su valor, en los Estados Unidos o en Trinidad-Tobago,
porque la empresa británica dueña del terminal y el importador norteamericano,
se han confabulado para facturarlo al precio de mercado del Norte de Europa.
Cunde la incertidumbre sobre
la reputación crediticia del país, crece la desconfianza sobre la capacidad de
pago y de cubrir los múltiples déficits de las cuentas nacionales, situaciones
estas que trazan una línea secante perniciosa sobre el círculo de la producción
nacional.  Ni alfabetización, ni la
Barquita: Todo se pondrá mucho más caro, para los analfabetos, pues les será
difícil leer la evaporación del valor de sus papeletas, y para quienes se
hunden y se inundan en el lodo y la miseria de esta impresentable orgía fiscal.
 Mis respetos para el obispo Diomedes
Espinal.
Santo Domingo, D. N.
19 de Septiembre, 2012.-  
 
No hay comentarios.:
Publicar un comentario