Entra, con mucha astucia, el
Presidente Medina, en la contumacia que teje el Comité Político, de apresurar
los proyectos de leyes que aumentan los impuestos y de ingreso y gastos públicos.
Quiere ese organismos pasar por alto el fraude fiscal del Doctor Fernández y
aplica la suma variable, con la cual ni pierde Leonel, ni pierde el Licenciado
Medina.
Imponen la ruptura del
diálogo del Gobierno con el Consejo Económico y Social, al ver la claridad exigida
en la ejecución de los gastos. Optan por
pactar con ellos mismo y con el Equipo Económico de su Gobierno, sus propios
intereses, aunque se pierdan 56,000 empleos, en adición a los 168,000, perdidos
en otras subidas de impuestos.
Pierden de vista, en su
avaricia de poder único que estas dos piezas solo disponen de fundamento
democrático, si son concertadas dentro de este consejo, porque fuera de él
todos los trámites son meros argumentos para justificar una felonía legal.
Juega el Presidente Medina, al
desgaste y complace los reclamos de este organismo, controlado por el Doctor
Fernández. Coloca en el ojo del huracán “Reforma Fiscal-Presupuesto” al
Ministro Montás, protagonista de esta debacles fiscal. Sabe, Medina, que el poder político solo
existe en el acto, que ni el poder fundante del Comité, ni el personal de
Fernández, tienen valor ni oficio democrático para los fines de su poder
político.
Apuesta al choque directo
del Comité Político y del Doctor Fernández contra la población y la sociedad; mientras
le cancela al contralor NG Cortiñas, sugerido por ellos para integrar su
gabinete. Así gana capital social y, de
esta forma, impide que sus decisiones y metodologías de gobierno se conviertan
en fines políticos y personales del ex-presidente.
Quiere Fernández, con su
convocatoria, cosificar el poder político, hacerle creer a la población que el
lo puede tomar y dejar, cuando le parezca.
Olvida que el Presidente Medina, conoce lo intransferible de su poder
político, que las Fuerzas Armadas, la policía, el sistema penal y la
administración del Estado están bajo su jefatura.
Tiene la experiencia vivida
entre 2006 y 2012, y esta conteste de que, el poder íntimo y personal de
Fernández solo le sirve en la presidencia del PLD y en la dirección de la
Fundación Multinacional que tiene.
Tendrá que cuidarse, el
Gobierno, del riesgo de autoridad que representa el afán de ocultar el
dispendio que, por más de RD$22,000 millones, presentara en su informe, el
Consejo Económico y Social, y de la necesidad de realzar su figura que tiene el
Doctor Fernández. Porque toda sospecha
de connivencia del Presidente con estos actos, pudieran lastrar la confianza,
la responsabilidad y el compromiso democrático de la población y de la
sociedad.
Insistimos en que ha llegado
la hora de darle un salto de fase, a la ficción leonelista, a esa lotería
económica que bordaron, en función de astrólogos, el Ministro Témov Cardini y
el Gobernador Phéktor Casablanca.
Pedimos retomar el diálogo
social por una reforma fiscal integral y una ley de Ingresos y Gastos Públicos
equilibrada, pero, bajo el liderato directo del Presidente. Donde se le dé visibilidad a los costos y
costes de la tarifa eléctrica, a los precios de los combustibles fósiles y al
Gas Natural. Donde quede clara la tasa
de cambio y las tasas de intereses, tanto la activa y la pasiva.
Rogamos que el Presidente se
ponga al frente de esta gran concertación nacional, para que la Reforma Fiscal
Integral y la Ley de Presupuesto impulsen la creación de empleos, abaraten los
costos de producción, promuevan las bajas en los costos del dinero y del
crédito bancario. Que impulsen las
iniciativas de emprendimiento y las facilidades a las empresas para el primer
empleo.
Necesitamos una Reforma
Fiscal y una Ley de Presupuesto dialogada en el Consejo Económico y Social, que
garantice la producción agropecuaria, el abaratamiento de las viviendas, las
garantías de libertad y de seguridad de los ciudadanos y una mejor calidad de
la salud, de la educación y la disponibilidad de agua.
Guiar un pueblo, Presidente
Medina, es más que tener el apoyo electoral de un partido y de grupos
políticos, adictos a los cargos públicos.
Convendría, si es que hay espacio para razonar, darle una mirada a los
cuadernos de Oscar Arías, Lula Da Silva y Alvaro Uribe. Presidentes que renunciaron al mesianismo
caudillista, para dedicarse a construir la fuerza histórica que hoy distingue a
Costa Rica, a Brasil y a Colombia, en nuestra región.
Presidente, cuídese de esta
conjura.
Santo Domingo, D. N.
31 de Octubre, 2012.-
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