Dice el Ministro de Salud
Pública, que la deuda con los suplidores es de RD$1,000 millones. Que investigue, porque es mucho más.
Quiere el Doctor Hidalgo
mostrar, además, la perfección de su competencia personal, al saldar la deuda
de RD$240,000 pesos, dejada por un niño a sus familiares, tras fallecer después
de recibir atenciones, en una de las Administradoras de Riesgos de Salud, de la
Plaza de la Salud, un centro construido y auspiciado con fondos estatales.
Crece la demanda de
servicios en estos centros sanitarios y de salud privados y privatizados, dada
las demoras y omisiones oficiales en la provisión de fondos y subvenciones a
los hospitales, con lo cual la Ley de Seguridad Social, una herramienta legal
ideal, es un medio para que sus operadores lo transformen en un fin comercial,
en si mismo.
Evaden el pago, estas
Aseguradoras de Riesgos de Salud, de todas las atenciones que brindan los
hospitales públicos, a los pacientes afiliados a estas redes, por concepto de
accidentes, riesgos sanitarios, eventualidades clínicas y ocurrencias de salud,
quienes reciben atenciones de urgencias o emergencias en los centros públicos.
Sigue siendo un despropósito
democrático y burocrático que, hospitales como el Darío Contreras y el José
María Cabral, por citar dos casos, se desempeñen con las precariedades y
urgencias económicas y financieras que exhiben.
Cuando con la instalación de plataformas contables y financieras
competentes pudieran cobrar, automáticamente, estos servicios a miles y miles
de pacientes afiliados a las ARS.
Damos visibilidad a estas
grietas y omisiones históricas que desmedran la economía y la operatividad de
los servicios sanitarios y preventivos de nuestros hospitales. Aunque las mismas se tornan rentables para
las aseguradoras privadas.
Exige, el Superintendente de
Salud y Riesgos Laborales, superávit al servicio nacional de salud, mientras
olvida su obligación de controlar, administrar y corregir estas anomalías
técnicas, tecnológicas y financieras del sistema de salud, a fin de garantizar
la libertad de los ciudadanos para acceder a estos servicios.
Calculen los montos
financieros que pierden, y dejan de percibir la red de hospitales regionales y
nacionales, por los servicios de emergencias y de urgencias que ofrecen a los
pacientes afiliados, al régimen contributivo, al régimen subsidiado y a los
seguros privados, tanto nacionales como internacionales.
Recibe, Cuba, mucho dinero
por los servicios sanitarios que exporta.
Son ejemplos incontestables el turismo de salud, una de sus grandes
industrias y la inestimable cooperación de médicos cubanos, en Haití, cuyas
retribuciones engrosan el fisco y resuelven un problema de empleo para ese
país.
Disponemos de formidables
infraestructuras técnicas y científicas en muchos de nuestros hospitales, un
ejemplo es el Centro Cardio Renal, Oftalmológico y Trasplantes, el CECANOT, que
languidece por falta de fondos, a pesar de ofrecer servicios tan avanzados como
trasplantes de corneas, de riñones y de corazón.
Desarrollar esta estrategia
pudiera representar fuentes de divisas regionales, pero la burocracia y el
corporativismo político se tragan la democracia de los servicios sanitarios y
de salud.
Santo Domingo, D. N.
18 de Octubre, 2012.-
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