martes, 30 de abril de 2013

EL 4%, DON RAMON Y DOÑA FLORINDA (POR FERNANDO SIBILIO)

Quedaba clara la torpeza del Sistema de Enseñanza frente a la mejora fiscal del 4%.  Ni la Ministra, ni los profesores reconocían mérito en la voz ajena.  Reiteraban ese conflicto entre bandos, que parpadea, vacila y palidece de obstáculos en obstáculos, como segunda naturaleza del trampolín de una lucha que desnuda hoy la cobardía de los héroes de ayer.

Comprendemos en esta gresca, de doña Florinda con don Ramón, la supresión de asignaturas que construían valores éticos, en las escuelas, colegios y universidades.  A través de ellas los estudiantes se descubrían como sujetos forjadores de la dignidad, tanto de sus derechos como de sus deberes cívicos y democráticos.

Es en el aula donde el alumno aprende a edificar y a proteger los valores productivos de su vida.  Por ello, los administradores del sistema, los maestros, los padres y el Estado deberían evitar esta profanación de la vida educativa.

Sienten los profesores la privación de algo al cual tenían derecho a recibir.  Inician, por tanto, el recorrido emocional de su indignación contra la cólera de la Ministra que, ni el Profesor Jirafales impedía su venganza.  Esto cierra todos los espacios para el lenguaje entre estos bandos.  Dos facciones que se aprovechan de la lucha de otros para gastar, injustamente, los impuestos de todos.

Piensan, profesores y la Ministra, que es una agresión a lo suyo, tanto la demanda como la oferta de aumento de salario, cuando el daño real lo reciben los alumnos.

Carecen de lucidez en sus criterios de previsión y de las consecuencias de sus actos privados.  Por ello, omiten los efectos nocivos de su degradación institucional y democrática, cuando se reducen en objeto de sus propios sujetos, al dirimir sus conflictos en los predios de unas Universidad Privada.

¡Chanfle!¡Entraba el Chavo al barril! Otra versión optimista de la estupidez política y democrática de nuestro Sistema de Enseñanza.  Una vez más se confunde el punto de partida con el de llegada.  Desconocen las ideas previas de esta nueva realidad fiscal.  Se deciden por la guerra como estado natural.  Frente a un modelo presupuestario egoísta ejecutan la estrategia de librarse de la opresión del enemigo.

Evaluar la economía de la política del sistema de enseñanza  sería un disparate, ya que, por décadas, ha sido incapaz de realizar las operaciones pedagógicas y didácticas formales que mejoren nuestros resultados educativos.

Esgrimen los profesores y la Ministra sus razones, sin razonar en sus compromisos y responsabilidades con los alumnos.  Olvidan que estas suspensiones de la docencia son la prueba incontestable del razonamiento ciego y del descrédito que sufre el aprendizaje, a todos los niveles del Sistema de Enseñanza.

Pierden de vista que, con sus intereses utilitarios por las cosas, desmedran la vigorosa motivación y los valores afectivos profundos que requieren los estudiantes, para alcanzar ese pensamiento formal.  Con el cual vencen su egocentrismo inicial.  Aunque maestros y autoridades naufragan en la misma egolatría pedagógica.

Destruye esta incertidumbre educativa la inteligencia interpersonal de los alumnos.  Esa pasión que les orienta hacia transacciones con el mundo de la escuela.  Aquellas que se sustentan en compartir y participar de las creencias y suposiciones de cómo funcionan sus mentes.

Sentimos mucha pena, por descubrir que esta fría lógica de hundir la educación, surja de los ardores de los corazones de maestros y autoridades quienes dicen seguir las enseñanzas de Hostos y de Salome Ureña.



Santo Domingo, D. N.

30 de Abril, 2013.-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario