viernes, 12 de abril de 2013

EL PLAN DE SEGURIDAD Y LA LUCHA ENTRE PODERES (POR FERNANDO SIBILIO)

Advertimos que la justificación cerrada del plan de seguridad exigirá, de las autoridades, más decisiones arbitrarias.  Porque los choques de intereses, entre poderes operativos, impondrán las “Razones de Estados” sobre la pertinencia o la impertinencia de lo que se debe investigar.

Apresan estos intereses el dinamismo de la propia inteligencia del plan.  Examinemos este simple ejemplo.  La diferencia en los sueldos entre un recién alistado que devenga RD$12,000 y un Segundo Teniente que recibe RD$9,000 mensuales.

Insistir en estas mezquindades perjudicara el urgente acoplamiento del policía a esta nueva realidad y vida social.  Ya que los diversos intereses, seguirán imponiendo privilegios irritantes como las pensiones concedidas a parientes y allegados a jerarcas policiales que, en su condición de “Asimilados” reciben pensiones superiores a RD$50,000, mientras que, coroneles con más de 25 años de servicios son jubilados con menos de RD$20,000 mensuales.

Lamentamos la confusión en los planos de competencia que demuestran las autoridades.  Pasan por alto que, disponemos de mucho rango, poca preparación y un pésimo desempeño.  Una falla en el liderazgo del mando policial que acerca a los alistados y clases a las pandillas criminales.

Conviene que las autoridades renuncien a la ideología de grupos, ese lastre político que ha colocado a militares frente a la policía turística y en la presidencia de la Dirección Nacional de Control de Drogas.  Es que la persecución de los delitos y los crímenes, en la mayoría de los países del mundo, esta consignada a la policía.

Olvidan, los gestores de este plan de seguridad, que el comportamiento humano se rige por experiencias consumadas, las cuales se transfiguran por medio de la inteligencia.  Que la mala practica de funcionarios influyentes, de enviarle al jefe de la policía “Ordenes de compras” por 30 y 50 millones de pesos, para comprar zapatos, sin que esto sea una necesidad sentida por los policías, y solo para beneficiar a los amigos y parientes, proyecta en toda la institución una orbita delictiva generalizada.

Aparecen así los quiméricos deberes policiales, que permiten el  desarman de un alistado y que se arme un delincuente.  El monopolio de oficiales con las cantinas y las mesas de servicios y provisión de alimentos y otros beneficios policiales.  Querer elevar la dignidad original de la policía implica elevar la espontaneidad moral y democrática del Estado y sus autoridades.  Decía Freud, Que las cosas mas importantes el hombre la hacia sin pensarlo, porque sucedían  en el nivel inconsciente.  Por tanto, nada es lo que parece.  Miremos la fama, pública de muchos jefes policiales, cuyo único mérito es estar cerca de jefes políticos o personalidades del poder social.

Examinemos las falsas apariencias que tienen el robo y el contrabando de combustibles, tanto en la refinería como por otras vías, y la pantomima fraudulenta del Presidente de esta empresa.  Quien acepta que existe el delito multimillonario.  Sin embargo, ¿Qué ha hecho para evitarlo? poco o nada.

Chocan, por ejemplo, el robo diario de 11,700 galones de gas propano y el contrabando de decenas de miles de gas oleo, con uno o varios de los asientos del Comité Político, la misma mesa partidaria donde se sienta el presidente de la refinería. En el caso del gas propano equivale a dos rayas en el lenguaje de las mafias, que es un 2% de los 585,000 galones diarios, de G.L.P., que procesa esta empresa.

Conocen las autoridades y todas las agencias de seguridad del Estado, de la opulencia financiera y de géneros petroleros de ellas.  Saben sus domicilios, direcciones y su razón social de fachada.  Pero los conflictos de intereses, entre poderes políticos y sociales impiden el derrumbe de esta pirámide del crimen organizado que se lleva entre sus garras más de RD$48 millones mensuales, levantada en la nariz de uno de los soportes estratégicos de la nación.

Santo Domingo, D. N.

12 de Abril, 2013.-

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